Javier Herrera Peláez.
En la propia esencia y naturaleza del ser humano reside la necesidad de explorar y descubrir nuevos lugares, nuevas gentes y sobre todo nuevas historias. Desde hace milenios las historias han unido a familias y naciones, a lo largo de generaciones, las historias han sido transmitidas de todas las formas posibles.
Son nuestro pasado, pero también son el apoyo para seguir construyendo nuestro futuro. Por ello, considero que son la parte clave de nuestros viajes, tan importante como conocer monumentos, gastronomía y cultura, si viajamos sin descubrir estas historias, realmente estaremos perdiendo la esencia de nuestra expedición.
Aunque conocemos esta premisa, tendemos a olvidarla, cuando planeamos un viaje diseñamos nuestra ruta en base a monumentos, museos y restaurantes, ¿pero qué pasa con las historias? Si tenemos suerte encontraremos alguna por casualidad en nuestro camino. Aunque si queremos conocer las mejores historias, esas hay que buscarlas.
En Torremolinos, tenemos una historia que queremos compartir, una historia que habla sobre un pequeño lugar llamado Pasaje Begoña. Suena a poca cosa, pero realmente fue y es, una pieza clave de la ciudad, sin ella, las demás piezas de su historia no encajarían y tendríamos una idea de este lugar que dista mucho de su realidad.
El Pasaje Begoña tiene algo especial, la primera vez que lo vemos no comprenderemos su valor ni su importancia, porque al igual que cualquier otro vestigio de la historia, necesitamos ver más allá de nuestra primera impresión, debemos recrear e imaginar cómo fue la época de esplendor, qué sentían aquellas gentes que lo frecuentaban, qué pasó con ellas, por qué en muchos rincones del mundo era conocido y anhelado este lugar, conocer sus secretos y sobre todo, su historia.
La historia de este lugar lleva aparejados conceptos como igualdad y libertad, estas palabras fueron capaces de iluminar, como un faro, a aquellas gentes ansiosas de ser ellas mismas, de salir de la oscuridad y conocer a otras personas libres. Una historia que servirá de conexión entre ese pequeño pueblo de pescadores y el Torremolinos que conocemos hoy día. Una historia que se mandó al exilio, pero que hoy vuelve para recordar lo que un día fue.
Al igual que la historia de una ciudad se crea y se escribe en torno a una catedral, un castillo o un palacio, nosotros queremos contar la historia de Torremolinos en torno a nuestro gran monumento: las personas. Héroes de ese pequeño gran Pasaje Begoña.
Javier Herrera Peláez. Guía turístico y CEO de Explora Málaga.